Esos perritos de París, tan urbanos, perritos de exputa, hijos de perritas de puta. A la gente de campo, a los rústicos, nos excita la fantasía esos perros: lo que los animalitos han visto, las chocolatinas que han mordido, el champán que han lameteado, las sábanas sobre las que se han tendido. Incluso imaginamos las ceremonias en las que han participado, de buena o de mala gana.
Rafael Chirbes Diarios. A ratos perdidos 1 y 2. Barcelona: Anagrama, 2021, p. 93