Necesitó seis años para salir. Los peores de su vida, desesperada por la amargura de doña Blanca, su suegra, y el retraso mental de las cuñadas, que si no habían ido a pudrirse vivas en una celda de clausura era porque ya la llevaban dentro.
Gabriel García Márquez El amor en los tiempos del cólera (1985). Barcelona: Random House Mondadori, 2003, p. 295.