30 de novembre del 2014

bar



Entré a tomar algo en el bar Asturias y me acodé al fondo de la barra, que parece la barra de un saloon del Lejano Oeste por la catadura bronca y solitaria de los parroquianos que se reúnen allí cada mañana, obreros todos en paro, gente con callo y mala leche, todos silenciosos y mal aseados, proletariado terminal que bebe licores baratos y escucha la tertulia política de la Cope, tosiendo, gargajeando, esperando a que algún portero de los alrededores venga a solicitar los servicios de algún de ellos.


Luis Landero El balcón en invierno. Barcelona: Tusquets, 2014, pàg. 26.