Uns treballadors draguen i netegen un canal (Venècia, 1956)
No consigo completar los huecos que el tiempo ha ido dejando en la ciudad. Camino hasta que empieza a oscurecer y entonces apago aún más la luz del sol muriente y dejo la ciudad en la penumbra, tal como permanece en mis recuerdos de aquellos años tristes, en los que sin embargo teníamos el bálsamo de la juventud, que era un aceite que todo lo engrasaba, que amortiguaba los gritos de dentro y, con frecuencia, los deformaba y los volvía risas.
Rafael Chirbes La buena letra. Barcelona: Anagrama, 2002, pàg. 21.