Hans Holbein el Jove. Retrat d'Erasme (fragment), 1523.
Museu del Louvre
No hay alemán que haya merecido una iconografía más célebre. Pintar a Erasmo, lumen mundi, era al mismo tiempo rendir un homenaje evidente al home universal que hermanó todas las artes, hasta entonces divididas en artesanados.
Stefan Zweig Erasmo de Rotterdam (Triumph und Tragik des Erasmus von Rotterdam, 1938). Trad. Rosa S. Carbó, Barcelona: Paidós, 2006, pàg. 57